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lunes, 17 de marzo de 2008

La Envidia


Amigo, tenia tiempo sin escribir para mi blogs por el simple hecho de sentirme desanimado de Hacerlo, bueno pero decidí escribir. De verdad hay que tener claro que somos hijos de Dios, y que somos débiles, nuestra naturaleza esta marcada. Siempre Pecamos pero hay esta alguien que nos perdona, de verdad comparto contigo que el sentimiento de la Envidia es algo que te come por dentro y deteriora tu vida, solo por el simple hecho de envidiar algo que no tenemos o que no podemos realizar, nos pone tristes o nos hace caer. De verdad este sentimiento de la envidia afecta a muchas personas, y quizás exista división en algunas partes por esto. La envidia existe en el mundo y produce mucho daño, no envidiemos los bienes terrenos, más bien anhelemos los bienes celestiales, ya que estos son eternos y nunca pasaran. Gracias A Dios Por el Gran Don de la VOCACION.

1 comentario:

Pablo Silvoni dijo...

Hola Ángel,

Ralph Waldo Emerson en su libro "Confía en tí mismo" decía que "la envidia es ignorancia y la copia es suicidio".

La envidia es un pecado grave que nos aleja de dios, pero ante todo es ignorancia de los dones y talentos únicos que todos tenemos y Dios nos dió irrepetibles a cada uno de nosotros y que nadie tendrá jamás.

Quizás siempre andamos por ahí mirando el jardín ajeno sin mirar el nuestro. Es una tentación diabólica.

Pero si con la Gracia de Dios podemos permanecer en Él, podremos descubrir cuántas riquezas tenemos dentro nuestro y contentarnos con lo que somos y así ser únicos.

La creación de la cual formamos parte, es como una gran orquesta, el violín debe tocar su partitura y la flauta la suya y no pueden envidiarse entre sí.

La sinfonía sonará perfecta si cada instrumento hace su parte como debe, cada uno en su lugar.

Si el violín desea hacer la parte de la flauta y la flauta la del violín, la sinfonía sonará a mamarracho.

Son cosas de las cuales nos damos cuenta luego de haberlas comprobado en carne propia.

Una oración de pedido de gracia a Dios y adelante.

Un abrazo y Felices Pascuas,

Pablo